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lunes, 24 de febrero de 2020

El azúcar de la playa - ¿Cuáles son las mejores opciones dulces para disfrutar en Valeria del Mar?

Comparto mis impresiones sobre las dulzuras que tuve la suerte de probar en Valeria del Mar, un balneario donde los vendedores ambulantes venden Franui


1. La goleta

Av. Tomas Espora 343, Valeria del Mar.

Recibí un mensaje de un cocinero que aprecio y admiro, decía: 

“Los alfajores de La goleta son los mejores que comí en mi vida, cruje un poco el borde cuando los mordés, me emociono y lloro.”

No suelo criticar alfajores, existe gente idónea y más joven que se dedica a esto con mucho más éxito que yo así que hace unos años decidí abrirme. Pero hoy haré una excepción para adentrarme en las deliciosas aguas de un producto sublime que resulta un salvavidas dentro de este mar de repetidos e incompetentes alfajores que conforman el panorama actual de golosinas argentinas.

Los alfajores regionales La goleta, no son dobles, ni triples, ni premium, ni de oro, ni gigantes, ni cuadrados, ni santanfesinos, son algo completamente diferencial y, como aquellos colectivos que alguna vez existieron, ofrecen un viaje distinto. Tienen 6 capas de una delicada galletita entre neutral y saladita, que lejos de ser crocante se desarma misteriosamente al más mínimo contacto con los dientes y ¡tac! inunda tu boca de sabor como una sorpresiva ola de dulce de leche que te arrastra a la orilla y te desorienta, y cuando pensaste “ya está, no me ahogué, qué delicia”, viene otra ola y luego otra y luego otra (y así porque recordemos tiene 6 capas de sabor). Su fina cobertura de chocolate amargo le otorga un delicado acabado que lejos de empalagar, realza el sabor de los otros dos ingredientes. Sin duda, un tesoro en el fondo del mar y uno de los mejores alfajores que he probado en toda mi vida.




La marca cuenta con 3 variedades más: membrillo, frutos rojos y dulce de leche, bañados con merengue, conitos y alfajores tradicionales comercializados bajo la marca Plaza Valeria.
El local, pequeño y acogedor, cuenta con escenografía especial para tomarse fotografías con el capitán de La goleta.



La atención es buena, nos regalaron dos alfajores para probar y los precios son acordes a la calidad de los productos.
Recomiendo mucho.


2. La Oma, casa de té y tortas.

Azopardo N° 201, Valeria del Mar

Algunas cuadras antes de llegar ya comenzamos a ver gente que, con mucha cautela, trasladaba paquetitos de papel cuadriculado que parecían contener tortas. Sí. Era obvio venían de allí. La Oma es una exitosa casa de té que se especializa en pastelería casera alemana y también funciona como panadería, queda a una cuadra de la playa y es un verdadero paraiso para todos los sentidos. Probamos el strudel de manzana recién salido del horno de masa impecable y relleno sublime que fue un poema y una tarta de almendras y dulce de frambuesas de masa tipo sablee, que en su punto justo resultó exquisita. El café no es rico, precios cuidados, la atención maso pero vale la pena darse una vueltita, lo vale.




3. Gretel
Espora 295, Valeria del Mar

Panadería en la que al llegar flasheé, pero luego fue pura decepción. Las facturas son ricas sí, en especial la de ciruelas con pasta de almendras. Prometí volver a tomar la merienda pero mi experiencia no fue buena. Espacio ruidoso, transmite nerviosismo. No es recomendable si se quiere pasar un momento tranquilo. Pedí masitas secas (3 por porción), eran deliciosas, se deshacen en la boca, calidad. El brioche duro como una piedra, sospechamos que viejo. La atención floja, precios altos. Volvería solo por antojo.


4. Din Don
Av. Espora 163, Valeria del Mar

Ambiente agradable y muy bonito, buena música, ideal para ir a pasar un feliz momento de lectura y tranquilidad a la hora en que levanta el viento y la arena comienza a lastimar. Lo malo: pocas opciones para acompañar el café, quizás por la hora. Lo bueno: Generosas pepas. Volveré.


5. El ojo y el diamante
Calle A. Somellera 79, Valeria del Mar

La casa de la familia Rise funciona como espacio de arte combinando las diferentes disciplinas artísticas que realizan cada uno de sus miembros: diseño, pintura, mosaiquismo, música, etc. Llegamos con las bicis muy de casualidad sin saber con lo que nos encontraríamos y fue una explosión de color y sensaciones! La Sra. Norma, convida a los visitantes en un a bellísima vajilla de estilo mexicano una deliciosa merienda con varios tipos de té, budines y tostados caseros a la vez que obsequia bellas melodías en su piano pintado de amarillo. Tuvimos la suerte de conocer su hijo Lucas que nos contó sobre los procesos de su obra, exhibida y pintada en los diferentes ambientes de la casa. Experiencia bonita, alegre e inspiradora.


* Nota 1: Digresión: Imperdibles Churros salados de El topo sobre todo los de cheddar y roquefort (un sueño).
* Nota 2: Mención especialisíma al postre de la cena en el Viejo Hotel Ostende, tarta con frutas de estación como debe ser, siempre tienen la posta.
* Nota 3: La eso Chascomús (Ruta Provincial 2 Km 121). Parador histórico que funciona desde el año 1968. Aqui pude ver el kiosco más completo de los últimos tiempos. Novedades, promociones y precios más bajos que en otros lados. Mi bombón favorito. difícil de conseguir, estaba $10 mientras que en kioscos del barrio los venden a $ 15. Gran variedad de paletas y productos regionales.
Recomendadísimo

Hasta la próxima!
Cariños,
Naná