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jueves, 13 de enero de 2022

Viajando con Naná: Un recorrido por la dulce riqueza de Jujuy , entre caramelos de coca y alfajores de harina de maiz

 Aquí un breve resumen de las delicias que encontré en en mí visita a Jujuy con mi sombrerito de instagramer (prestado), solo para la foto, que sacamos miles pero no subimos ninguna porque así somos algunes cuando viajamos se nos olvida la importancia de estar online. Después nos arrepentimos, deberíamos haber subido tal o cual cosa, pero es así como el éxito se nos escurre una y otra vez de las manos por no tener constancia. En fin, me conforma dejarles, la fotito del sombrerito obvio y mi resumen de golosinas norteñas, como para no dejarlo en la nada, todo lo demás me lo llevo en la panza y en el corazón.



Mercado Municipal de Tilcara: 


- Montañas de gelatinas de colores coronadas con crema batida también de colores y lentejas de chocolate, se las suele comer como postre y las venden además en estaciones y micros, junto con flanes de diferentes cosas como por ejemplo quinoa y quinoapop, por favor observen el detalle de la línea blanca entre color y color, alguien me dijo que en realidad a este postre le llaman #cremita y tiene origen boliviano. ¡Obra de arte!

                



galletas de arroz inflado teñido de fluo, se ven bien pero saben toxic, mal.


                

Caramelosartesanales que parecían intervenidos con tempera,

Chupetines con formas de flores y trompos realizados con una técnica imposible de dilucidar,




Maicitos de colores, algunos con forma de estrella a los que les llaman estrellitas,


-#pochoclo rosado servido en bolsita como los que se vendían cuando íbamos a la primaria bajo el nombre de Josecito, no tengo foto porque un tonto me dijo: qué vas a sacarle foto al pochoclo, como si fuera algo ridículo y me entristecí porque me di cuenta de que por más de que yo haga esto con mucho amor, es un poco ridículo como este hombre desconocido y cruel.

¡Miren todo este color! yo sé que las golosinas hacen mal, pero no me vengan a decir que no hay algo de obra de arte en cada una de ellas.


Extra!
De paseo por las callecitas naranjas también me topé con algunas joyas bolivianas de sabor y originalidad única:




Purmamarca

Y por último no quisiera dejar de destacar la variedad de alfajores en especial los de El molle realizados en muchos casos a base de quinoa y harina de maiz colorado.









Salinas grandes
Así como bueno los imprescindibles caramelos de coca para no apunarse. Dicen que de coca no tienen nada y que es puro verso pero se comenta que aquí por lo menos funcionaron bien como placebo.


            


Agradecimientos:
¡Gracias Jujuy y familia Nieva por semejante recibimiento y hospitalidad!

Imposible de olvidar un viaje tan lindo, lleno de color y calidez, volveremos :)

domingo, 8 de noviembre de 2020

VIAJANDO CON NANÁ: "Diga sim à felicidade". Un recorrido por el museo más dulce del mundo, São Paulo

Confusión temprana en mi cuarto. El sonido del celular constante e incordioso, insiste y retumba sobre las paredes de este espacio que además de funcionar como dormitorio hoy hace de comedor, taller y oficina—. Quisiera, una vez más, lanzarlo desde la venta hacia el vacío. ¿Es de noche? ¿Es de día? Abro un ojo por la mitad, un cartelito brilla en la pantalla y me recuerda que un día como hoy pero hace un año floté en una piscina rosada rellena con malvaviscos dentro de una dona bañada de chocolate. Hace un año viajé a São Paulo con la excusa de visitar O Museu Mais doce do Mundo y también realizar un exhaustivo relevamiento de las golosinas de un país que no solo es el mayor productor y exportador de azúcar del mundo, sino también el mayor consumidor de alimentos azucarados del planeta Tierra¹.


El museo más dulce del mundo es itinerante y efímero como los circos. Abrió sus puertas en 2018 en Lisboa y en 2019 llegó a Brasil para endulzar São Paulo y Río de Janeiro. Según la web oficial del museo, más de 80.000 personas lo visitaron en Brasil en solo 2 meses, entre agosto y noviembre del año pasado. Su cuenta de Instagram tiene 60 mil seguidores y 369 posteos donde se pueden ver algunas fotografías de sus visitantes sonriendo en las distintas salas, inspiradas en delicias azucaradas tales como: ositos gominola, bebidas gasificadas, galletitas, etc . Al día de hoy existen más de 29.000 publicaciones bajo la palabra clave #museumaisdocedomundo que muestran retratos felices de quienes visitaron el museo y obviamente yo también lo hice.  Porque está hecho para eso y hasta su eslogan lo confirma: es el primer museo pop-up digital para instagramers dulces y felices. ¿Pero yo lo soy? ¿Quiero o debo serlo? Este año iba a tener lugar en Barcelona, del 26 de marzo al 3 de mayo, pero debido a la pandemia Covid -19 debió suspenderse. Existen rumores de que pronto abrirá sus puertas en Madrid (del 27 de noviembre al 01 de enero) pero no se sabe, porque hoy el futuro próximo es mucho más incierto de lo que ya era.


La edición paulista, a la que pude asistir por gentileza de la organización del museo, se llevó a cabo en la calle R. Colômbia entre R. Estados Unidos y la Avenida Brasil, en el barrio Jardim América, zona de consulados, pequeñas galerías de arte y vidrieras de marcas extranjeras. 



Entre el silencio del barrio más caro y exclusivo de todo São Paulo, una señora intenta venderme un 2x1 en chicles sin azúcar con una cajita de cartón que se le desarma en la mano. Encuentro palmeras, rosas chinas, autos de lujo y a lo lejos un edificio que parece de acrílico cubierto por fondant rosado y señalizado con una dona gigante y fucsia glaseada con chispitas; no existen dudas debe ser aquí. Pero a simple vista esto no parece un museo, sino más bien una exposición como las de Costa Salguero luego les contaré por qué.



Mi turno es a las 11.15 hs. Un grupo de chicas con tules rosados nos dan la bienvenida y nos explican la dinámica del museo. Son 15 instalaciones y cada una corresponde a una golosina en particular. “El recorrido dura 1 hora, tendremos acceso a todas las habitaciones pero luego de pasar a la siguiente nadie podrá volver a la ruta ni comenzar la visita desde el principio”, anuncia una de las chicas que parece sacada de un manga del futuro. Antes de comenzar nos sugieren descargar la app donde encontraremos la historia y algunos datos curiosos de cada una de las golosinas. Al finalizar la explicación, nos hacen decir (con un entusiasmo imperativo de coordinador de viaje de egresados): diga sim à felicidade para luego hacérnoslo repetir más y más fuerte hasta que por fin nos abren la puerta a la primera sala que parece ser la sensación del museo. Se trata de una pileta color rosa que impacta. Está rellena con malvaviscos de goma espuma en la que te podés zambullir en una especie de sueño muy agradable y blandito que acaricia y reconforta. Pero nadie parece disfrutar demasiado, todos están más bien preocupados porque el ángulo de la cámara registre la máxima sonrisa y la mayor dimensión posible de pileta y sin personas de fondo. Le pido a uno de los encargados de tomar fotos (un chico de pelo rosa larguísimo y piercing septum a quien identifico de inmediato por tener una credencial plastificada, también rosada, con el dibujo de una cámara de fotos colgada del cuello) que me tome una foto a mi también. Él, como un hada, me extiende una mano de dedos largos y flaquitos con uñas esculpidas del tipo francesitas y yo le doy mi celu. Al sacarme la foto, me hace decirle "felicidade" y levantar los brazos. Sonrío y caigo en la trampa yo también.


Después de 10 minutos con una sonrisa te invitan a salir rápido de la pileta y te convidan con 3 malvaviscos de la marca Docile² rellenos de mermelada de frambuesa, sin perder tiempo y algo atragantada, entro en la sala de helados auspiciada por la clásica marca Kibon³. Ni bien llegás se siente una fresca ráfaga de olor a frutilla y ves helados de mentira de todos los colores que recuerdan un poco a la obra de Claes Oldenburg.

En este caso la instalación además de generar impacto también funciona como asiento si te agotaste de sacar tantas fotos, mirarlas y ponerle algún filtro.

La idea del “museo” (uso comillas porque técnicamente más que un museo se trata de una exposición) surge como “un espacio pensado especialmente para que lo imaginario se transforme en experiencias dulces y reales”. Un concepto similar a las fiestas Estilo Naná pero con presupuesto (y ¡bastante!) además de contar con el apoyo de las marcas de golosinas más importantes de Brasil (Nestlé, Docile, Bauducco, Kibon). Bueno, yo también he contado con el apoyo de varias marcas de golosinas, que en su mayoría fueron muy generosas con mi causa, pero todos sabemos que sin dinero real mucho no se puede hacer porque no existe una moneda “golosina”.
Ante la inmensidad azucarada de las instalaciones y la excitación que produce la cantidad de estímulos, no puedo dejar de pensar un poco en Expogolosinas —¡ruego que alguien se acuerde!— aquel memorable evento de los años 90 organizado en Argentina por las mejores marcas de golosinas del país donde había: juegos con golosinas, toneladas de dulces gratis y como si fuera poco la posibilidad de interactuar con el oso de Bimbo, Sugus gigantes y algún otro personaje de golosinas que mi memoria no logra recuperar; algo cercano a una especie de Disneyworld pero solo de caramelos y en La rural. Todos los datos que tengo de ese evento provienen de mis recuerdos de niña y no son comprobables porque lamentablemente no existe ningún registro fotográfico de ese día. Lo que sí sé es que, al día de hoy, mi madre se arrepiente de haberme llevado ya que, según ella, este suceso (y no otro) me condujo a ser lo que soy hoy: una crítica especializada en golosinas; alejándome infinito, de ser una persona con intereses afines a la “vida adulta”. Y en parte por eso estoy aquí, en mi carácter de crítica, paseando mis zapatillas por los 3 pisos de alfombra rosa tutti frutti, entre paredes coloreadas en tonos pasteles donde encuentro prolijamente escritos algunos mensajes subliminales. Las mejores cosas de la vida son dulces; La felicidad solo es real cuando es compartida; La felicidad no tiene edad, etc. Todas suenan simpáticas y a la vez a secta, pero no logran convencerme y se olvidaron un detalle: el acceso a la felicidad no es gratis, en este caso cuesta R$60, los 60 minutos.

Los espacios (o salas) están organizados por golosinas, algunos incluyen indicaciones de qué tipo de aplicación usar para que la foto o el video quede mejor (increíble pero real). En cuanto a las golosinas encuentro, para mi sorpresa, que hay varias que corresponden a dulces típicos brasileños. Esto resulta interesante tanto para el visitante local, que puede aprender sobre la historia de sus dulces, como para el extranjero que casi en un pestañeo puede ver el panorama de las golosinas más populares de Brasi.

La sala Quindim, mi preferida del recorrido, incluye bancos con la forma de este flancito de origen portugués hecho a base de yemas de huevo y coco junto a la posibilidad, mediante visores de realidad virtual, de viajar al Planeta quindim y allí disparar confites y malvaviscos de todos los colores hacia el espacio exterior. Una experiencia única y reconfortante para cualquier fanático de las golosinas.


Por otro la sala Brigadeiro cuenta con subibajas en forma de cucharas y uno de estos bombones en tamaño gigante para fotografiarse, pero hay que hacer una larga cola, demasiada. Para quienes no estén familiarizados con el término brigadeiro se trata de una especie de trufa a base de leche condensada, chocolate en polvo y granulado.

Esta golosina es sin duda alguna la más representativa y predilecta de Brasil, infaltable tanto en las mesas de los cumpleaños infantiles (es fácil de hacer y económica) como en las inminentes boutiques gourmet donde existen versiones que reemplazan el granulado por ingredientes más sofisticados como: pistachos, crema de avellanas, chocolate belga. En cualquiera de sus versiones: artesanales, gourmet o industrializadas este bombón es algo de otro mundo y realmente enloquece a cualquiera que tenga la suerte de saborearlo. 




También hay espacios dedicados a dulces populares en todo el mundo como: chupetines, ositos gominola (tipo Haribo, Yummy), galletitas con chips de chocolate, donas y bebidas azucaradas. Todo lindo, todo blando, todo rosa.

Este dulce y delicioso festín está pensado para colmar todos los sentidos y como si fuera una pastilla de frutilla en tu boca, disuelve el amargor de la vida real al menos por un ratito. Al acercarme a la salida un cartel me agradece la visita y me invita a que continúe siendo feliz fuera del museo.



Cómo podré serlo si ni bien cruzo la puerta que me devuelve al mundo real, la mágica burbuja rosada en la que el museo me tenía encapsulada se pincha y comienzo a sentir esa sensación de estar de pronto demasiado empalagada.


Cariños,
Naná ❤️



¹ Según estudios, una persona brasileña puede llegar a consumir hasta 67 kilos de azúcar al año, mientras que en Argentina el promedio es de 44 kilos superando tanto a la media mundial como a las cantidades ingeridas en los países desarrollados que es de 35 kilos.
² Máximo productor de gomitas en Brasil que también podemos disfrutar en Argentina, muchas veces en ofertas en el tren Roca.
³ Marca de Unilever que se importó a nuestro país entre los años 2000 a 2005 pero debió retirarse por la baja rentabilidad que le dejaban a la multinacional.

martes, 4 de junio de 2019

Cosas que encuentro en los museos

Este cuadro se llama Cake Rows es de Wayne Thiebaud (1920) una persona que representa diversos objetos de las culturas de masas sobre todo alimentos como: tartas, tortas, helados,panchitos, etc. Esta obra está valuada en USD 1,800,000 - USD 2,500,000; masomenos lo que necesitaría para vivir lo que resta de mi vida junto a mis amigos de de manera lujosa sin trabajar nunca más. Se encuentra en el museo Whitney. Ahi le saqué la foto, un día muy divertido que tomé helado de palito recuerdo eso y que le saqué la foto de cerca a ese cuadro porque quería acordarme de que las pinceladas  daban sensación de crema de verdad.

La foto que se le sigue la saqué de google me gusta porque es carita realista e intencional no casual como todas las que suelo ver o dibujar en las cosas.

No sé si vieron  pero estoy subiendo contenido como se debe, con sistema de etiquetas, también arte internacional y todo lo necesario para triunfar en este lugar y en la vida.
Cariños,
Naná

*English version for my fans around the world. Thanks google for the traslation
This painting is called Cake Rows by Wayne Thiebaud (1920), a person who represents diverse objects of mass cultures, especially foods such as: cakes, cakes, ice cream, panchitos, etc. This work is valued at USD 1,800,000 - USD 2,500,000; more than I need to live the rest of my life with my friends in a luxurious way without working again. It is located in the Whitney Museum.Read more...
*


domingo, 29 de mayo de 2016

VIAJANDO CON NANÁ: La Chocolatería "Josh Aike"

Continúo compartiendo mis experiencias en el mundo con ustedes, fans.

En mis últimas vacaciones visité el Chalténuna pequeña villa turística fundada en pleno Parque Nacional Los Glaciares ubicada en el sur de la cordillera de los Andes en el extremo sudoeste de la Patagonia argentina, al pie del cerro Fitz Roy a orillas del Río de las Vueltas. Su ubicación suena a poema, no podría ser de otra forma, todo este lugar lo es. 
Allí en el Chaltén, capital argentina del trekking (actividad q agrego a mi lista de máximas pasiones de mi vida) y de experiencias naturales extremas fue q conocí, muy bien recomendada por mis amigos de montaña, un lugar regio llamado "La choco".

Se trata de una pequeña cabañita histórica y por sobre todo cálida, de dos pisos de altura, repleta de historias de montaña y aventuras. Este bonito lugar ofrece, además de chocolate caliente y tortas de primerísima calidad y sabor verdaderamente auténtico, chocolate artesanal de una calidad difícil de igualar.

Ahora bien, quienes me conocen saben q el nivel intensidad con el q vivo muchas veces ha sido señalado como "exagerado". Tengo un mensaje para todos aquellos que piensen eso de mi: no continúen leyendo, haré la declaración más fuerte de toda mi vida.



Muchos podrán pensar que me encuentro envuelta frente a aquello q se llama el típico amorcito de verano, algo de tipo  "preadolescente", q el viento de montaña me ha seducido tanto como para confundirme, manipularme y obligarme a ser fan del Chalten hasta cegarme. Temo decirles que no! es algo mucho más fuerte. Amigos: estoy en condiciones de afirmarlo con fuerza, certeza convicción y lágrimas en mis ojos: ESTE LUGAR COMERCIALIZA EL MEJOR ALFAJOR QUE HE PROBADO EN TODA MI VIDA. (ALFAJOR DE CHOCOLATE CON MOUSSE DE CHOCOLATE DE LA CHOCOLATERIA JOSH AIKE,TE ENCONTRÉ!). Pero qué tiene este alfajor se preguntarán mientras disfrutan de un HAVANNA q retrograda y sabe a conformismo?
Lo explicaré, los alfajores de LA CHOCO, siguen la línea de lo que yo planteo en mi artículo: "Alfajores Manolo´s: reforma o revolución. Nuevas tendencias de comercialización de alfajores artesanales marplatenses" cuya forma, sabor, textura y tamaño se asemeja mucho a lo q técnicamente conocemos como torta.
En esta misma línea de análisis, estamos frente a un alfajor de cubierta de chocolate con leche artesanal de calidad y aroma magistrales, un alto relleno de textura y sabor (no encuentro EL adjetivo calificativo, es algo único) que a su vez cuenta con el tamaño de 3 o 4 alfajores simples, pero que aún así, conserva su esencia de alfajor. Un pequeño bocado de este alfajor satisface y conmueve.
Tuve la suerte de probar casi todas las variedades de estos maxialfajores artesanales del cielo. Mousse de chocolate, dulce de leche, triple (merecería un blog aparte), frambuesa y chocolate blanco y mousse de chocolate blanco.
Me sorprendo a mi misma ya q siempre he sido de optar por alfajores secos de tamaño standard, tapas duras, relleno de proporción media respecto a las tapas y cubiertas leves. Hoy quiebro todos mis parámetros luego de esta experiencia la cual tomaré de ejemplo 
para continuar en la búsqueda de los mejores sabores del mundo. Porque es mi misión, he nacido para esto.
Cariños,
Naná

La Chocolatería Josh Aike se encuentra en  Av. Lago del Desierto 105 - El Chaltén, Provincia de Santa Cruz, Patagonia Argentina.
(no tiene sitio web)

martes, 9 de febrero de 2016

ESPECIAL MDP: ÉPICA DULCERÍA MILKI - Mar del Plata

Para continuar con el especial MAR DEL PLATA, hoy destaco mi golosinería favorita de la ciudad balnearia: MILKI.

MILKI ofrece la mayor variedad de golosinas de todo nuestro país a precios excelentes y así supera a cualquiera de las golosinerías nuevas que existen en MDP, donde solo encontramos gomitas afectadas por el calor a precios ridículos.


Ofrezco un pequeño resumen fotográfico de lo que encontramos en este local, que está perfectamente organizado por secciones ej: gomitas - chocolates - caramelos - productos light - importados - chicles - etc.

En MILKI además se puede encontrar toda clase de peluches con mensajes.




Gran variedad de alfajores


Gran variedad de chocolates





Barras de cereal de todo tipo


Gomitas






Muchos caramelos


Chupetines




Extrañezas 


¡¡Hasta la próxima!!

Cariños,
Naná

martes, 1 de diciembre de 2015

ESTILO NANÁ EN EL RESTO DEL MUNDO: Flor Petra nos envía algunas dulces postales desde Japón

Con alegría recibimos estas postales de golosinas japonesas que nos envió la talentosa fotógrafa Flor Petra desde Japón: las compartimos con ustedes.
Pueden ver el maravilloso universo de Flor Petra en su página web, en Tumblr, Facebook e Instagram.
Cariños,
Naná


Las gomitas de sailor moon son muy dulces, vienen de un solo sabor y son muy blanditas. Tienen forma de gatito, luna y estrella.

Chupetín de chocolate con caritas, tipo el que hay allá, pero acá tienen colores.





La bolsa roja es una especie de mezcla entre pochoclo, tutuca y chizito, medio salado y medio dulce. Es medio indescriptible pero es buenísimo.