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viernes, 10 de junio de 2016

NUEVOS TIC TAC POP CORN "Hibridación de los azúcares: una experiencia exitosa." por Sabrina Palazzani

Mi bella y talentosa amiga Sabrina Palazzini descubre los nuevos TIC TAC sabor POP CORN y nos cuenta qué le parecieron. Gracias Sabri!! 

La visita de rutina al kiosco hoy por la tarde en busca de la familiar frescura del producto TIC TAC sabor menta me sorprendió con una nueva golosina edición limitada. Un fundamentalismo absurdo, y una ligera inclinación hacia la resistencia al cambio, me llevan usualmente a votar por NO a la hora de decidirme por aquellos confites que emulan el sabor de otra golosina que ya encuentro en su forma y textura original a quince centímetros, a su derecha, en el mostrador del comercio amigo. Quizá esta sensación sea más común de lo que imagino y eso fue lo que llevó a los fabricantes a dar un paso más allá, combinando golosinas con otros productos con sabores por fuera del espectro glucoso, con casos vagamente seductores para el paladar.
Por fortuna para varios de mis sentidos TIC TAC decidió lanzar al mercado pastillas con sabor POP CORN (que desde aquí en adelante, llamaremos pochoclo, porque ¿a quién queremos engañar?).

En un acto de fe enternecedor, la marca lanza su pequeña gema experimental en el cómodo pastillero de cien unidades, además del ya conocido tamaño.
La espera y la ansiedad confluyen en la inminente ingesta. Consejos: Morder ayuda. Ello acompaña la textura del producto original -pochoclo- y quienes adoramos ese ritual, agradecemos el gesto. Conclusiones: Fidelidad. La imitación del sabor está bien lograda. No busquen la practicidad de una pastilla refrescante. No lo es. Paradas de sabor: Extrañamente, café al comienzo, lindo. Luego vira hacia algo que podríamos emparentar al gusto que queda en la boca luego de comer confite de almendras. Da sed. Tener agua cerca es recomendable. No demanda inmediata y reiterada ingesta. Darse tiempo, no se trata del sabor más adictivo de la marca. Esto no es necesariamente malo. Aquí es prudente destacar que la menta y la frescura de los demás sabores fue disminuyendo con la salida de cada nueva variedad. Por su parte el gustillo seco del pochoclo nos coloca en un escenario de interacción que quizá nunca podríamos haber imaginado, ni siquiera en un seductor juego de opuestos.

Pero el coqueteo con esta aparente disonancia está ahora en los kioscos y por tiempo limitado. Asistamos a la celebración del caos.