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domingo, 28 de octubre de 2018

Poppin Cookin las golosinas japonesas de educación intelectual


Hola amigxs!

Esta noche a las 23:00 hs visitaré a Robertito, el conductor estrella del canal de noticias C5N y con la intención de llevar las últimas novedades en golosinas. Esta noche quisiera introducirlos en el mundo de los Popin Cookin pero como voy preparada –  como siempre –  para que la conversación se desvíe, me pareció acertado anticiparme y ensayar aquí una breve reseña sobre este tipo de golosinas a fin de que, en el caso de que suceda aquello que pronostico, la frustración sea menor.

Los Popin Cookin (o mini cocina DIY) son kits comercializados en Japón para fabricar de manera muy muy sencilla tus propias golosinas o comidas en forma miniatura y van de la mano con el característico fanatismo de los japoneses por la elaboración y apreciación de las cosas en mini formato así como por el arte de la replica. 


La góndola de los Poppin Cookin en la Ciudad de Nara, Japón
Foto x Silvestre (agosto 2016)

En este caso se trata de bonitas cajas que vienen todos los elementos para que prepares fácilmente golosinas con la forma de tu comida favorita en pequeñísimo formato, solo con un poco de agua, precisión y paciencia.

 La cajita en cuestión  trae :

- instrucciones
- moldes
- sobres de diferentes colores que contienen los polvos (de diferentes aromas, colores y gramajes)  para fabricar la golosinas
- elementos necesarios que facilitan la elaboración de la golosina.

Los mismas se venden en supermercados, tiendas de todo por 100 yenes o de dulces bajo el título: “Golosinas de educación intelectual” (AMO).  La idea original de este tipo de golosinas/juego fue de la empresa japonesa Nerune – Nerune  que en 1978 se animó y lanzó al mercado estos kits con el propósito de que sus consumidores disfruten no solo de las golosinas sino también del proceso de fabricación de la misma sin dejar de lado la diversión y la creatividad.

Se pueden conseguir con forma de: ramen, torta, helados, dulces tradicionales, pizza, pasta, rosquillas y muchas más. Por lo general respetan el aroma y a veces también el sabor de la comida que replican y según su etiqueta están hechos con colorantes vegetales naturales.


Tienen un costo de aproximadamente 250 Yenes (algo así como $ 85 argentinos, pero en mercado libre un capo visionario las está vendiendo a $ 500 argentinos).

El kit que tengo replica un vasito de gaseosa celeste, sabor quien sabe a qué y 3 dulces tradicionales japoneses:  un Taiyaki  o “besugo asado”(pastel japonés con forma de pez relleno de dulce de porotos azuki) , un Mitarashi Dango (un picho con tres bolitas elaboradas a base de harina de arroz cubierto por un jarabe de almidón salsa de soja y azúcar) y un Ichigo Daifuku Moshi (pequeño pastel también de arroz aglutinoso relleno de una capa anko y una frutilla).

Veremos cómo sale, qué tan rico es y cuánto disfruto del proceso de elaboración.
Luego les cuento.


Cariños,
Naná