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lunes, 4 de febrero de 2019

Dura lo que dura: Caramelos media hora, los del relojito

Me pidieron escriba una opinión sobre los Caramelos Media Hora. Dije esto, es casi todo verdad. Feliz febrero :) No como caramelos Media hora. Mentiría si dijera que los he probado pero también que no los he probado. Una vez intenté descubrir su magia, entender por qué un dulce color caca que encima sugiere falsamente un sabor a bebida cola  tenía tan admirable permanencia en el mercado. Alguna vez sí, intenté saborearlo como quien desea leer un libro de tapa bonita o un clásico en otro idioma aún sabiendo que le resultará difícil de leer o no se hallará. Lamentablemente no pude soportar el caramelo por más de 5 segundos dentro de mi boca. Este dulce de cercano sabor medicinal y función repelente resultó para mí una película de terror en la que por parecer valiente una evita taparse los ojos pero sin embargo sufre.
Me cuesta creer que sea un caramelo que se pueda saborear con alegría y a su vez me pregunto cómo es posible que existan tantos jóvenes a los que un caramelo con gusto similar al hinojo y forma canical les produzca felicidad pese a saber que al ingerirlo pueden correr riesgo de asfixia. ¿Acaso fingen? Probablemente, existe cierto misticismo en la elección de estos amargos caramelos y a su vez me atrevo a sugerir que en cierto sector de la sociedad el caramelo vintage en cuestión es sinónimo de snobismo o más bien un sabor que supone distinción y experiencia. En lo personal me gustaría que me gusten pero no, muchas personas que respeto los adulan pero yo soy más de masticar sabores suaves y frutales. Creo que de ser la única golosina en una isla desierta probablemente preferiría comer una bola de arena en lugar de este caramelo.



 ♥ Nota: La imagen es de Flor Huerga, obvio, mi ilustradora favorita






jueves, 18 de octubre de 2018

Librito Aguila - Golosinas Retro por Flor Huerga


Conocí a Florencia en el 2015 a través de un conocido de un desconocido que me dijo que era necesario que nos conociéramos, y tenía razón (!).

Creo que una de las primera cosas que me contó  Florencia por chat fue que un día empezó a dibujar golosinas sobre el cuerpo de una persona y descubrió que no podía parar. Desde entonces se propuso dibujar todas las golosinas que pudiera hasta cumplir un sueño: llenar todas las paredes de un cuarto con dibujos de golosinas, uno al lado del otro pegados prolijamente. Su mente me fascinó, la sentí cercana y compatible con la mia y así comenzó todo.

Con Flor llenamos de dibujos de golosinas las paredes de Naranja verde (2 veces), Centro Cultural Matienzo, Espacio Cultural Qi y Tecnópolis, donde también dio un taller de ilustración de golosinas para niñxs. Cada vez que cuelga sus dibujos siento que se multiplican y que se embellecen. Sus dibujos me hacen feliz no solo porque son lindos sino por la dedicación que le pone a cada uno de ellos, cada vez que los miro descubro en ellos cosas nuevas que no había visto antes, como los buenos libros .

Compartir y hacer cosas con amigas para mi es lo mejor que puede existir y con ella parece ser infinito como la cantidad de golosinas que existen en el planeta.  Espero que algún día complete las 4 paredes de un cuarto con sus dibujos de golosinas, del piso al techo.

Bueno, todo esto en realidad para decir que hoy comienzo a compartir su nueva  e interesante serie de golosinas retro que se inicia con una muy especial porque fue a pedido mío.

Chocolate Librito / Aguila (1988)
Quisiera saber si recuerdan que allí por finales de los años 80 había una tendencia de incluir libros de pequeñísimo formato en sus golosinas. Yo tengo presente dos:

1) Alfalibro, sino recuerdo mal de la marca Havanna
que traía la colección Fabulandia y

2) Librito, de la marca Aguila, un sobre muy bonito que venía con una chocolatín (blanco o negro) de la marca y un pequeño líbrito a todo color con clásicos de la literatura infantil como: Blancanieves, El flautista de Hamelín o Hansel y Gretel.

De tener que elegir mensajes o cuentos para incluir en una golosina de hoy para niños ¿qué les parecería importante contarles?

Cariños,
Naná



domingo, 15 de enero de 2017

EDICIÓN ESPECIAL: GOLOSINAS RETRO (AÑOS 70 Y 80)


Hola queridos amigos de Estilo Naná,

En el día de hoy vamos a hablar de golosinas retro, más específicamente de los años 70 y 80. Dado que nací en la década del 80, tuve que realizar un trabajo de investigación sobre este periodo. En primer lugar me interesa saber qué golosinas siguen vigentes aún en los kioscos argentinos y cuáles no. A las primeras las llamaré “sobrevivientes” y a las segundas “extintas”.

He notado que la mayoría de los caramelos sueltos característicos de estas décadas todavía se siguen comercializando, algunos ejemplos de golosinas sobrevivientes son los caramelos Media hora, Miel, Ácidos Suchard (recientemente adquiridos por la marca Sugus), Viena, La vaca leche, Palitos de la selva, entre otros, mientras que los que venían en paquetito (Stani, Sugus, ¿los recuerdan?),los Chiclets de cajita de cartón, los chupetines Lheritier con formas de pato o conejo ó con otros usos lúdicos como el Bola Loca, ya no existen más. Otra característica que me llama la atención y me aflige es que a mi parecer la variedad de gustos en la actualidad es mucho menor que en la de aquellos tiempos. ¿Por qué digo esto?
Los chicles sueltos como Bazooka o Bubbaloo ya no vienen en sus mejores variedades como banana, uva, mora, etc, hoy en día se reducen a los típicos sabores como tutti fruti o menta. Tampoco encontramos chocolatines de buena calidad y bonitos como los Gody o Misky (ref: papel plateado). Dentro del grupo de golosinas extintas también podemos ubicar todo un grupo de pastillitas que venía en latita desde las coleccionables de la marca Billiken hasta las simples cajitas de cartón del mani con chocolate o de los preciosos corazoncitos Dorin´s.

A esto podemos sumar la ausencia absoluta de personajes de marcas de golosinas representativos de la sociedad. Me duele saber que nada de lo q comemos tendrá una parte que conservemos como recuerdo en un cajón, q no habrá latas de galletitas, ni de pastillas, ni nada q no sea desechable. ¿Será que de esta época no querremos conservar ningún tipo de souvenir? O será q la ausencia de referentes y falta de fe en la humanidad hizo que no tengamos personajes de golosinas a los que queramos recordar toda la vida como el inocente niño Jorgito, la incansable aguatera Cabsha, la enigmática mujer del paraguas de Terrabusi ó el buen gaucho de alfajores Guaymallén.
Sé q a raíz de este informe quizás sea señalada como demasiado nostálgica o melancólica. En fin, hasta que no aparezca algo tan bueno como lo viejo, me rehuso a soltar el pasado. ¿Q es esa moda de soltar todo? ¿Por q soltar? Yo no quiero.


Comparto un cuadro comparativo con las golosinas que sobrevivieron a lo largo de varias décadas, incluso algunas desde la década del 50 como los Palitos de la selva, Tita, Rhodesia, Topolín, chocolatin Jack y algunos alfajores.
Hasta aquí llegué hoy es domingo y necesito descansar, pero continuaré ahondado en el tema para darles la más precisa información a todos los dulceros seguidores de este blog a quienes amo y respeto.
Cariños,
Naná

*Nota: Las ilustraciones estuvieron a cargo de Florencia Huerga. Pueden ver otros de sus bonitos trabajos en:


http://florhuerga.tumblr.com/ 


https://www.facebook.com/florhuergailustracion/





viernes, 6 de marzo de 2015

EDICIÓN ESPECIAL: FLOR HUERGA dibujos nostálgicos con bocha de amor y color.

Hoy en ESTILO NANÁ Flor Huerga, la chica que realiza ilustraciones bellísimas a partir de los papeles de sus golosinas favoritas, nos cuenta cómo surge la idea de representar los sabores de su infancia y qué significan las golosinas en su vida. Un recorrido impecable y súper súper lindo por las mejores golosinas que aún siguen vigentes en el corazón de toda una generación. ¡Que lo disfruten!