Hace unos días, terminamos de cenar y mamá sacó de su cartera ésta bolsa:
Bolsa con piedritas |
Lucila, visita de lujo con quien contábamos esa noche, y yo, Naná, quedamos perplejas mirando la bolsa. Mamá sugirió tomemos una piedrita cada una y preguntó si nos animábamos a comer una. Lucila y yo nos miramos, quizás pensamos que mamá estaba enloqueciendo, pero le hicimos caso y nos atrevimos a llevarnos una piedrita a la boca.
Piedrita |
Mientras tomaba el elemento en cuestión tenía en mi mente la idea de que a lo sumo fuera un caramelo, pero lo mejor vino después.
Mordí la piedrita. Para mi sorpresa la aparente piedrita de mar burló todas sus propiedades naturales y mis predicciones. Sonó crocante como un m&m y dejó descubrir por dentro un chocolate suave y riquísimo.
Lucila y yo quedamos alucinadas con esta nueva golosina, comíamos y no podíamos creerlo.
PD: Mamá sos la mejor del mundo ojalá estés leyendo esto, vos, tus compañeras de trabajo que te prestaron la bolsita y tu jefa que las trajo de Dubai, claro.
Aprovecho para saludar a todos los que leen este blog.
Cariños
Naná
Cariños
Naná
Este blog se pone cada dia mejor!! Ahora se que no puedo morir sin probar esto!!!
ResponderEliminarBesos
Maru
Maru, tengo piedritas, cuando quieras compartimos!!
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