Fradi estuvo de gira por la República del Paraguay y trajo consigo mismo un ka’í ladrillo, vulgarmente llamado dulce de maní, postre representativo de la gastronomía popular paraguaya, rico en valores proteicos y calóricos, elaborado exclusivamente a base de maní y miel negra de caña.
Hasta el momento yo, Naná, no había tenido la posibilidad de probar ningún manjar paraguayo más que un mínimo y miserable pedacito de sopa paraguaya que una vez me dieron casi de limosna. ¿Qué quiero decir con esto? La gastronomía paraguaya es para mí un territorio completamente extranjero.
Lo primero que le pregunté a mi joven amigo a su regreso fue: ¿Qué onda las golosinas del paraguai? Fradix me miró con su cara de fradix y me dijo: "son muy pobres, no tienen golosinas". Luego continuó: "No hay nada destacable en sus kioscos, nada que no puedas conseguir acá a excepción del ejemplar que aquí os traigo".
La golosina consistía en un simple y humilde bloque de mantequilla o pasta de maní condensada (o más bien prensada), un un rectángulo de aproximadamente 7 por 4 cm que invitaba a la experimentación. Lo comimos todito en poco tiempo porque era riquísimo.
Es cierto, sí, la golosina en cuestión no contaba con etiquetas,
ni marcas ni nada, pero yo les pregunto, queridos seguidores de mi blog: ¿Es verdaderamente necesario tener un logo en el cual respaldarse? Además, no olvidemos que la variable artesanal siempre es más fuerte en casi cualquier producto comestible. Es por eso que yo avalo y desde luego también aplaudo esta golosina realmente deliciosa.
No obstante, decidí consultar a otra persona que sabía que había consumido el mismo producto, Alejandro Schuster, cantante de Viva Elástico, sujeto al que envidio cada vez que postea algo en facebook no solo por su popularidad -superior a la mía-, sino también por el nivel de sensibilidad y lirismo que emplea en cada uno de sus brillantes posts.
Aquí su testimonio:
 |
| Alejandro Schuster PROXIMAMENTE en ESTILO NANÁ |
"Estaba tocando y me revolearon un paquete transparente. Pensé que era marihuana prensada pero estaba tocando y no podía darme cuenta. Cuando terminó la canción lo agarré para sentir el olor y no olía a nada.
Más tarde, con mucho cuidado, lo abrí. Una hora después de tocar un chico se animó a comerlo. Entonces lo comimos todo. Realmente era rico: bastante seco, dulce pero no demasiado.Se parecía a una barrita de cereal cuando lo comí. Me comería otro, con un café. Altamente recomendable. La posta: era una golosina muy rica."
Alejandro Schuster la probó, Naná la probó.
Vos, ¿qué esperás para probarla?
¡Hasta la próxima!
* Próximamente entrevistaremos a Alejandro en vivo. No te lo pierdas. ¡Los quiero! Cariños, Naná
No hay comentarios:
Publicar un comentario