![]() |
Guaguitas, una muestra real del fanatismo chileno por los marshmallows |
♥ De Chile con amor, por Patex ♥
Se me ocurrió preguntarles a un par
de amigos chilenos cuál era LA golosina
chilena propiamente dicha, creyendo saber la respuesta. Por supuesto, algunos
me dirían “La Negrita”, que es como la prima trasandina de nuestra amada “Tita”
(y que para probarla no hace falta ir al quiosco, solo basta con abrir un cajón
al azar);
![]() |
Negrita, golosina de Nestlé, elegida por muchos chilenos |
otros no dudarían en elegir el “Super8”, una oblea de chocolate que tampoco
puede faltar en ninguna casa chilena;
![]() |
Super 8, infaltable oblea de Nestlé |
y ¿por qué no?, alguno me diría que la
barra de chocolate rellena con coco conocida como “Prestigio” es su favorita.
![]() |
Prestigio, típica golosina de coco, también de Nestlé. |
Y
ahí se armaría un acalorado debate para decidir cuál de las tres resultaba
ganadora. Pero, para mi sorpresa, (aunque
creo que no para Iti El Demasiado[1])
casi todos me dijeron: “las guagüitas, por supuesto”, sin pensarlo mucho. “Las
guagüitas” (para nosotros, “los bebitos”) son una especie de malvavisco con
forma de justamente eso: bebitos.
¿Eh? Rebobinemos. La golosina que muchos
hermanos chilenos eligen para representar a su país no es la misma que eligen
día a día para saciar sus necesidades BÁSICAS de algo dulce, sino aquella que
resulta más extraña a los ojos del turista: un malvavisco cuyo nombre resulta
crucial para interpretar su silueta como la de un bebé.
![]() |
¿Es esto un bebe? |
Me llamó la atención
que eligieran esta golosina pero inmediatamente recordé las miles de veces que
escuché hablar de NUESTRA VAUQUITA y de
las ¿tres? ¿cuatro? ¿diez, como mucho? veces que efectivamente vi a alguien
saborear alguna. Ahora estoy convencida de que, si bien es de las golosinas que
más me gustan, la elegimos porque es rara, porque en pocos lugares hay algo
parecido a la Vauquita. (Punto a favor para la Vauquita: todo ese dulce de
leche adentro la hacen muy argenta, a diferencia del para-nada-latinoamericano
malvavisco). Volviendo, esta versión chilena del malvavisco resulta extraña no sólo porque su
forma (al contrario que su delicioso sabor) es un poco dudosa, sino porque se
trata de uno de esos productos que sólo existen porque fueron creados, por lo
menos, cuarenta años antes de este milenio en el que sería políticamente
incorrectísimo sugerir que la gente coma guagüitas de ningún tipo.
En fin, esta fue la elección de
algunos de mis amados amigos chilenos, acaso con el afán de llamar la atención.
Si me preguntan a mí, yo prefiero
sugerir uno de los regalos que me trajeron en uno de sus paseos por argentina: un turrón y unos caramelos de papaya que no venden en
todos los quioscos pero sí en los lugares donde nos acordamos de comprar los
suvenires para la familia: las terminales, los aeropuertos y las ferias
artesanales.
![]() |
Eso sí, la papaya es típica de algunas
regiones así que los que visiten sólo Santiago o el sur quizás no encuentren
esta sabrosa golosina artesanal.
¡Gracias, Naná, por dejarme
participar!"
[1] Ver nota: http://estilo-nana.blogspot.com.ar/2014/09/te-amo-falsas-alarmas-altillo-disqueria.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario