Tengo el agrado de inaugurar oficialmente la nueva columna a cargo de mi colaborador maravilla iti el demasiado, primer y único militante de los derechos de los consumidores de golosinas, humano modelo que lucha contra los abusos del capital con un único objetivo: que se haga justicia.
Estimadas personas que leen Estilo Naná:
Es de mi agrado dirigirme a ustedes en esta, mi primera columna oficial y ante todo he de presentar mis mayores respetos a este blog que, en su fresco y aún jovial paso por la tierra, ha hecho tanto por la industria golosinera como McDonalds ha hecho por la letra M, esto es: Ponerle un subrayado fluo para que todos la analicemos y admiremos aun cuando siempre estuvo frente a nuestros perezosos ojos.
¿De qué les quiero hablar en esta humilde columna? Les
quiero charlar sobre una pequeña y olvidada palabra llamada DERECHOS. Somos
consumidores, sí, pero también clientes, y como tales, tenemos DERECHOS.
A lo largo de mi
larga carrera como militante de los derechos de los consumidores de golosinas, me he cruzado con un sinnúmero de gente que me comenta que ha padecido casos
como los míos pero que se ha callado la boca. No sé si producto del miedo, de
la desidia o de una fuerte campaña para lavarnos el cerebro haciéndonos creer
que las marcas son perfectas e inmaculadas, pero esta pasividad existe y es una
peste entre nuestra población.
Les voy a contar un
secreto: nadie va a luchar por sus derechos si ustedes no alzan su voz. ¿Por
qué tenemos que agachar la cabeza ante los errores de las empresas? ¿Por qué
tenemos que ir como ganado al matadero cada vez que vamos a comprar al kiosco?
¿Por qué no podemos luchar por lo que merecemos y pagamos? Existe, sí, "Defensa
al consumidor", pero aunque trabajan mucho y muy bien, no son los padrinos
mágicos; no van a ir a sus casas cuando tienen un problema y los van a incitar
a que salgan a la luz, cada uno tiene que tomar la decisión de ponerse los
pantalones con su propia vida y decir NO. NO a los productos en mal estado. NO
a los packagings difíciles de abrir. NO al descenso en la calidad de los
productos. NO a objetos indeseables dentro de nuestras golosinas.
Adjunto a esta
columna una carta que le mandé en una ocasión a Alfajores Jorgito, una marca
que respeto y mucho pero que en su afán por vender mas productos se olvidaron
de un pequeño detalle: darle al cliente lo que pide.
Esto no termina acá,
nos veremos pronto.
Cordiales saludos para ustedes.
iti, el hermoso.
"Estimada" empresa Jorgito:
Cuando se llena un vaso
de agua hasta al máximo de su capacidad, el solo agregarle una gota de
cualquier líquido provoca que el mismo rebalse, de ahí la frase popular
"la gota que rebalsó el vaso" como metáfora para el momento en que un
elemento más, sumado a otros anteriores, vencen la resistencia de la paciencia
de un individuo. Bien, ESE INDIVIDUO SOY YO, y esa gota es el ALFAJOR TRIPLE
JORGELIN QUE ME VINO SIN UN TROZO. ¿Sin un trozo? se preguntarán, y la respuesta
es SÍ, como ilustro en las fotos que adjunto a este mail, al abrir mi alfajor
triple jorgelín y disponerme a vivir un dulce momento de confort, encuentro
horrorizado esta realidad que es que a mi golosina recién comprada, cerrada,
empacada, sin abrir, le faltaba una parte. No estaba adentro rota, no se había
roto en el kiosco, NO ESTABA, COMO MORDIDA POR ALGUIEN (el solo pensar en que
un empleado lo haya mordido me resulta irreal pero hoy en día y en este país,
lo inconcebible es moneda corriente).
En otro momento de mi vida, esto hubiera pasado inadvertido,
incluso me hubiese provocado una risa, pero como dije antes, este es
simplemente UN elemento de los muchos que me han tocado sufrir a manos de su
empresa. Por citar algunos: alfajores Jorgito que vienen destrozados y
derretidos, un Jorgito blanco que me vino con moho una vez, el decaimiento en
la calidad del ya citado Jorgelín triple, en fin, muchas pequeñas desilusiones
que fueron minando mi confianza en su empresa, llegando al punto cúlmine que es este alfajor incompleto, cercenado
como si fuese un soldado que vuelve de una guerra (¿una guerra contra mi
persona? es una pregunta que dejo abierta para que mas de uno no pueda
dormir esta noche).
La confianza es clave entre una empresa y su consumidor,
cuando uno la pierde, no la recupera nunca, es como una pareja. Y en ese punto
exacto estamos, Empresa Jorgito. ¿Qué les hice yo? Tan solo compre sus productos
religiosamente desde niño, no lo veo como algo malo. Incluso recuerdo cuando en
mi casa no teníamos dinero para hacer una torta y comprábamos simbólicamente uno de sus Jorgelines triples y le poníamos una velita. Sus productos me
acompañaron en los momentos mas importantes de mi vida. Pero eso se cortó ahora
mismo. Esa utopía se termino. LES PARECERÁ EXAGERADO ESTE MAIL, PERO A MÍ, NO.
POR QUE ES 2 DE ENERO Y ESTE AÑO QUIERO DEJAR DE "COMER MIERDA", CITANDO A JAVIER MASCHERANO. QUIERO QUE LAS EMPRESAS VALOREN A SUS CONSUMIDORES
DE UNA VEZ POR TODAS. QUIERO UN MUNDO
MEJOR PARA MÍ Y LOS QUE ME RODEAN. NO ES UN CHISTE ESTO QUE ESCRIBO. ESPERO SU
RESPUESTA Y SUS DISCULPAS, EL ALFAJOR LO TENGO "INTACTO" (OBVIANDO
QUE HAY UNA PIEZA PERDIDA POR AHÍ QUE NO SE DONDE ESTARÁ) . ¿QUÉ VAN A HACER
CONMIGO?? FUI SU FIEL CLIENTE MAS DE 20 AÑOS. ¿CÓMO SIGUE ESTO?
¿CÓMO SEGUIMOS ASÍ?
Saludos, enojados pero respetuosos.
Ignacio Ocampo
D.N.I: 34211084
MÓVIL: 011 367069XXX
¡Sos muy groso explicando metáforas!
ResponderEliminarjajaja genial.
ResponderEliminarItí, bravo por tu iniciativa. Hay que dar vuelta el paquetito de la golosina en cuestión y comunicarse con la oficina de Atención al consumidor. Años atrás mi hermana compró gomitas surtidas Arcor. Había gomitas surtidas, pero también había una piedrecilla. Una piedrecilla que pudo terminar con una pieza dental de quien, tranquilo, agarra un montoncito de gomitas y empieza a masticarlas inocentemente. Por suerte, no fue el caso. Mi hermana llamó al 0800, explicó la situación, dejó sus datos. Resultado: días más tarde recibe en su domicilio, de parte de la mencionada empresa, una caja de bombones de fruta, previa entrega de la prueba del delito: la bolsa de gomitas abierta, con la piedrita y todo.
ResponderEliminar